EL VINO
Yo nací en el mes de Mayo,
junto al nudo de un sarmiento
crecí, me quedé colgando,
y el aire me fue meciendo.
Cinco meses ahí estube,
y en Septiembre me cogieron,
dos mozas vendimiadoras,
sus ojos eran luceros.
Sin tenerme compasión,
me cortaron por el cuello,
me tiran en las espuertas,
y en serillas me metieron.
Por allá vienen los carros,
que me llevarán al pueblo,
con dos mulas flamencas,
y su mayoral muy contento.
Me llevan a las bodegas,
sinfines y prensadoras,
están moliendo constante,
las cosas se ponen feas.
Sin tenerme compasión,
me quebrantaron los huesos,
por allí corría mi sangre,
cual si estuviera lloviendo.
Mi sangre fue a las tinajas,
que hacia mucho calor,
aquello empezó a hervir,
haciéndome un gran señor.
Frío, oscuro y en silencio,
tres meses se pasaron,
muchas pruebas me hicieron,
y al final me embotellaron.
Ahora, mucho cuidado tener,
pues sólo os daré un consejo,
que quién se pase conmigo,
lo tirare contra el suelo.
A. Enrike Galindo